Ayer me encontré con tus formas en la Web; no eras tú, eran tus formas, no era una fotografía ni tu cabello lacio, ni tu cintura incógnita, me encontré con tus formas ocultas en las referencias de aquél que te ama. Eran tus formas porque estabas ausente. Recordé entonces cuánto afirmabas que no te escribiera, que no te cantara, que nunca querías ser referenciada, no sé porqué; así que cuando vi tus formas presentes y a ti ausente, deduje que ahí estabas y te recordé y te añoré.
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Entonces fui consciente de cómo no te conocí, nunca supe si preferías a Mafalda o a Kitty, si escuchabas Timbiriche o a Serrat, si era el progresivo o el surf, nunca lo supe; porque nunca nos amamos, sólo coqueteos intestinos más acercados a las sombras y a la ausencia, a esas formas infinitas de ocultarnos mutuamente por la pena de no querer conocernos en verdad.
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Sé cuánto te extraño porque añoro lo que no pasó y por ello sigo quieto, como tú, quieta.
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Jonatan Gamboa (viernes siete de Julio de dos mil seis)
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Entonces fui consciente de cómo no te conocí, nunca supe si preferías a Mafalda o a Kitty, si escuchabas Timbiriche o a Serrat, si era el progresivo o el surf, nunca lo supe; porque nunca nos amamos, sólo coqueteos intestinos más acercados a las sombras y a la ausencia, a esas formas infinitas de ocultarnos mutuamente por la pena de no querer conocernos en verdad.
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Sé cuánto te extraño porque añoro lo que no pasó y por ello sigo quieto, como tú, quieta.
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Jonatan Gamboa (viernes siete de Julio de dos mil seis)
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Nos veremos y leeremos
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