domingo, 25 de marzo de 2007

Cierto Sujeto - Acerca de "El Jardin de las Delicias" de "El Bosco"



Cierto sujeto, se acercó por primera vez a "El jardín de las delicias" de El Bosco y le preguntaron, ¿de qué época crees que es? Ingenuamente y sin dudar dijo: de principios del siglo XX, es una obra surrealista.

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No es gratuita esta confusión del sujeto, ¿ignaro?, tal vez. Lo importante es entender que el surrealismo, que se basa en una idea como la del psicoanálisis que dice que el subconciente se manifesta en los sueños, no es tan nuevo como idea. De la misma forma, muchos artistas contemporáneos se jactan de la innovación por la expresión íntima que representa una obra abstracta y personalísima como lo es buena parte de la que vemos hoy en galerías subterráneas y oficiales.
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Sin embargo, ni las vanguardias, ni las corrientes contemporáneas —a las que aquí respetamos y admiramos— han logrado un cambio tan radical y esplendoroso como el que logró la pintura flamenca de la coyuntura que va desde finales de la Edad Media hasta principios del Renacimiento, más o menos siglos XV y XVI. Obras como las de Jan van Eyck (ca.1395-1441) o Jerome van Aken "El Bosco" (1453-1516) son fundamentales para entender, no sólo a una época, sino a la ideología que contenía la reforma y la contrarreforma y todo el cambio tremendo de pensamiento que en esa época se sufrió.

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Entrando en nuestro tema, uno de los más claros ejemplos de lo que antes hemos referido es justamente la obra que mencionamos al principio: "El jardín de las delicias". Esta pintura fue realizada entre 1503 y 1504 en un tríptico de óleo sobre madera, de una altura no mayor a los dos metros y medio, por El Bosco. Los tres páneles de la obra representan uno el paraíso en tiempos de la creación del mundo, el segundo el jardín (el mundo terrenal y el origen del pecado) y el tercero los tormentos infernales.
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Como se puede ver, la profusión de elementos iconográficos es gigantesca, inagotable —tanta que hace ver al barroco como algo sencillo— , cada detalle refiere a un simbolismo tan complejo como las imágenes mismas que vemos. Huelga aquí explicar los elementos, baste con decir que su riqueza es evidente.-Pero si el curioso lector quiere saber, les invitamos leer el libro de Michel De Certeau, La fábula mística, inspirado en parte por esta obra. Según De Certeau, la pintura es una fábula que enseña sobre las consecuencias de gozar las delicias del pecado, sustentada en un profundo misticismo del autor. Es también, agregamos aquí, una ácida crítica a la sociedad de la época y su estética y riqueza iconográfica es todavía hoy inigualable.


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Jonatan Gamboa

4 comentarios:

Carlos Ricardo Tapia dijo...

Quisiera agregar, camarada, la influencia que el cornezuelo tendrá sobre la forma de pintar el Bosco, lo que no s llevaría a una interesante reflexión sobre los estados alterados de conciencia, la ingstión de psicotrópicos y el arte. Saludos y besos al pequeño Dante!

Anónimo dijo...

Gracias. No sabía que el Bosco se metía hongos, pero no me sorprende, y si dio esos resultados qué chido (¿el cornezuelo es el que sirve para hace LSD?). Y bueno, pa' que no se extrañen los moralinos actuales, ni se sientan tan innovadores los que se meten cosas pa' crear (pero síganle tupiendo, pa' que le llegen a la calidad del Bosco). Gracias. Eso explica las formas arquitectónicas fitomórficas tan nice que hay en el plano lejano de la pintura.

Anónimo dijo...

Saludos de regreso a la Claus, y a las chamacas Irene y Ximena, además a usted, por supuesto, hoy (3 de abril) que cumple ... años.

Anónimo dijo...

No es que El Bosco se metiera hongos. El cornezuelo del centeno es un hongo del centeno y no se consumía a proposito sino que se hacía al consumir pan de centeno en mal estado, además de alucinaciones causaba gran dolor en las extremidades al no llegar bien el riego sanguíneo